MENSAJE DEL DÍA 15 DE NOVIEMBRE DE 1980
[1]
EN SAN LORENZO DE EL ESCORIAL (MADRID)
(A eso de las tres de
la tarde, Luz Amparo contempla, en medio de un gran resplandor, a Jesucristo
crucificado sangrando por frente, costado, rodillas, pies y manos; el cabello
enmarañado, sucio y cubierto de sangre; el ojo derecho hinchado, morado,
sanguinolento... Enseguida, empieza a sangrar también ella por la frente y las
manos).
LUZ AMPARO:
Pero, ¿qué es esto,
Dios mío? (Irresistibles dolores la hacen
pensar que se muere).
EL SEÑOR:
Hija mía, esto es la Pasión de Cristo. Es una prueba. La tienes que pasar entera.
LUZ AMPARO:
¡Yo no lo resisto!
EL SEÑOR:
Si tú, en unos segundos, no lo resistes, ¿cuánto pasaría yo, horas enteras en la Cruz, muriendo por los mismos que me estaban crucificando? Puedes salvar muchas almas con tus dolores. Por cada dolor tuyo se salvan trescientas almas... ¿Lo aceptas, hija mía?
LUZ AMPARO:
No sé, Señor..., con tu
ayuda lo soportaré.