CONSAGRACIÓN AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA

Yo. pecador infiel, renuevo y ratifico hoy en tus manos, oh Madre Inmaculada, las promesas de mi bautismo.

Renuncio para siempre a Satanás, a sus seducciones y a sus obras.

Me entrego completamente a Jesucristo, la Sabiduría Encarnada, para cargar mi cruz, siguiéndole a El todos los días de mi vida, y serle más leal de lo que he sido antes.

En la presencia de toda la corte celestial, te elijo como mi Madre y Señora. Me entrego y consagro a Ti: mi cuerpo y alma, mis bienes espirituales y materiales y hasta el valor de todas mis buenas acciones pasadas, presentes y futuras, otorgándote todo el derecho de disponer de mí y de todo lo que me pertenece sin excepción. De acuerdo a tus deseos, para la gloria de Dios, en el tiempo y en la eternidad. Amén.

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