En el «Comentario a los
mensajes» del mes anterior, mencionábamos el número especial de la revista
francesa Chrétiens Magazine dedicado
a Prado Nuevo con motivo del 25º Aniversario de las apariciones en este lugar.
En esa ocasión, intervino el P. René Laurentin, el teólogo de más renombre sobre
apariciones marianas en el mundo. Dado el valor de dicho trabajo y como ha
suscitado el interés de no pocas personas, ofrecemos a nuestros lectores su
contenido íntegro tal como se incluyó en la citada revista, para que puedan
leerlo y fotocopiarlo, si así lo desean:
El Escorial
25º Aniversario
Las Apariciones a Amparo Cuevas, mujer pobre, en la real Villa de El Escorial comenzaron diez días antes de las de Medjugorje (24 de junio 1981) y cinco meses antes de las de Kibeho (28 de noviembre 1981).
Eran más bien
desconocidas cuando yo me encontré con Amparo en 1985. Percibí entonces la
transparencia de esta mujer, pobre entre los pobres, y me sorprendieron después
las increíbles pruebas pasadas por ella y su misión.
Me sorprendió mucho que
el Cielo levantara a Luz Amparo cuando menos se esperaba: el Municipio agresivo
cayó en el ridículo y perdió las elecciones. El cura de
Todo acabó bien en el Escorial en el plan institucional, civil y religioso, pero sobre todo en el plan espiritual, en este lugar de oración y conversión, gracias a la vida profunda de Amparo, alma víctima desde su niñez hasta su vida conyugal en la miseria, pasadas las persecuciones y oposiciones ahora cuando no se esperaba.
René Laurentin
El 14 de junio de 1981
comenzaron las denominadas «apariciones de El Escorial»; por lo cual, está a
punto de cumplirse el ¡25 aniversario!; fecha, pues, muy significativa. Con las
siguientes palabras se manifestaba, entonces,
Desde aquel mensaje inicial en Prado Nuevo, se sucedieron decenas de mensajes, con una periodicidad mensual desde 1985, que tuvieron su culminación el 4 de mayo de 2002 (las manifestaciones prosiguen el primer sábado de cada mes, pero sin mensaje). Este elevado número de mensajes ha causado extrañeza a algunos. Sin lugar a dudas, si comparamos esta proliferación de mensajes con la brevedad de Lourdes o Fátima, la diferencia es notable. Pero, ¿existe algún criterio absoluto en el estudio de las manifestaciones marianas que nos autorice a poner límite a esta libérrima intervención del Cielo? Ciertamente, no. La misma Virgen ofrece respuesta a tan frecuente objeción en sus mensajes de El Escorial: «Yo me aparezco, hija mía, donde quiero y cuando quiero. Todo aquél que diga que no puede ser, ¿quién es él para decirme a mí cuándo y dónde tengo que manifestarme? Os aviso, hijos míos, como una madre avisa a su hijo cuando corre un gran peligro» (20-mayo-1984).
El P. Laurentin, en su
libro Apariciones actuales de
He estudiado Prado
Nuevo de El Escorial y a Luz Amparo, la vidente, en el trabajo monográfico
mencionado. He aquí algunos fragmentos: «La conocí en El Escorial, en 1985, en
la casa de familia a la que sirve como doméstica (...). Es una mujer sencilla,
sosegada, natural, que no se apasiona, ni tiene pretensiones, ni se mueve por
sentimentalismo. Su atavío es modesto, limpio, cuidado, pese a su pobreza. No se
muestra azorada ante preguntas difíciles y responde brevemente a la principal
cuestión planteada (...). Después de tantas desdichas, es sorprendente que
Amparo haya conservado esta serenidad, esta sencillez, esta dignidad, esta
mesura que trasluce toda su persona. Es un testimonio al que se debe rendir
homenaje y que hace desear que estos casos de santidad sean reconocidos con más
presteza. Desde un punto de vista evangélico, no cabe duda que estas personas
ejemplares no deben ser enjuiciadas desde la suficiencia, sino desde la
humildad. Yo, al menos, he tenido la sensación de contemplarla gigante desde mi
pequeñez»
[3]
.
¿Qué ha ocurrido desde
aquel encuentro, cuando han transcurrido veinte años? Los peregrinos no han
dejado de acudir, especialmente los primeros sábados; los testimonios de
conversiones son innumerables, los fieles perseveran en la vida cristiana y
sacramental, las vocaciones sacerdotales y religiosas abundan, el apostolado de
los laicos se ha reavivado, etc. A pesar de estos frutos indudables, esta
aparición mariana no es de las más conocidas y extendidas, como lo es
Medjugorje, por ejemplo, cuyos inicios coinciden en mes y año con El Escorial.
Carlos Vidal, quien se encargó de realizar la versión española de la obra ya
citada, hizo un esquema sobre las manifestaciones de nuestra Señora en el curso
de
Los peregrinos que
siguen frecuentando El Escorial, esperan que
En lo que concierne a
los mensajes, sabemos que son conformes a la fe católica, según varios estudios
teológicos que se han hecho. Sencillos en su exposición, son profundos en su
contenido. En ellos se reavivan las raíces más auténticas del cristianismo, ya
que son como una señal de alarma a las conciencias de los católicos dormidos. Si
examinamos la aparición de El Escorial en su conjunto, teniendo en cuenta sus
factores (vidente, mensajes, forma en que se producen, etc.), podemos afirmar
que tiene las características de una revelación privada, semejante a las que
tuvieron lugar en Lourdes, Fátima y en otros lugares. El discernimiento y el
veredicto final corresponde a
¿Habrá llegado la hora de Prado Nuevo y de que
las peticiones pendientes de
(Chrétiens MAGAZINE, Nº 191,
15-junio-2006, págs. 10-13).