MENSAJE DEL DÍA 19 DE NOVIEMBRE DE 1983
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
LA VIRGEN:
Hija mía, pide a mi Inmaculado Corazón, que será el que te ayude y el que triunfe sobre toda la Humanidad, hija mía. Pide a Dios, hija mía, por la conversión de todos los pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.
Adiós, hijos míos. ¡Adiós!
COMENTARIO
19-Noviembre-1983
«Hija mía, pide a mi Inmaculado Corazón, que será el que te ayude y el que triunfe sobre toda la Humanidad, hija mía. Pide a Dios, hija mía, por la conversión de todos los pecadores.
Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo.
Adiós, hijos míos. ¡Adiós!» (La Virgen).
Tercer mensaje de corta duración. Como en otras ocasiones, la Virgen presenta su Inmaculado Corazón, como nuestra ayuda y consuelo, además de ser el que triunfe sobre la Humanidad. ¿De qué modo triunfará? Desde luego, no como el mundo entiende el triunfo, que conlleva someter a otro y conseguirlo por cualquier medio al alcance, incluso la fuerza. Éste no es el estilo de María, la humilde esclava del Señor. El Corazón Inmaculado de María triunfará en las almas mediante su reinado de amor; es, como puede verse, un triunfo sobre todo espiritual. En el Prefacio de la Misa de su memoria se resumen perfectamente los sentimientos y virtudes del Corazón de la Virgen, ese corazón que guardaba todas las cosas y las meditaba en profundidad (cf. Lc 2, 19), y que es, según dicho prefacio: