MENSAJE DEL DÍA 12 DE NOVIEMBRE DE 1983

EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)

      LA VIRGEN:

     Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo, hijos míos. Sólo os pido, hijos míos, oración y sacrificio, para poder salvar vuestras almas.

     Tú, hija mía, ofrécete, por Cristo Jesús, en reparación de todos los pecados del mundo.

     Oración y sacrificio, hijos míos.

      (Fuera del éxtasis, antes de iniciar el cuarto misterio del Rosario, Luz Amparo comenta: “Ha marcado la santísima Virgen a todos aquéllos que no estaban marcados con una cruz en la frente”).


.COMENTARIO

12-Noviembre-1983
     «Os bendigo, hijos míos, como el Padre os bendice por medio del Hijo y con el Espíritu Santo, hijos míos. Solo os pido, hijos míos, oración y sacrificio, para poder salvar vuestras almas.
     Tú, hija mía, ofrécete, por Cristo Jesús, en reparación de todos los pecados del mundo.
     Oración y sacrificio, hijos míos» (La Virgen).
     Otro mensaje muy breve, en el cual la Virgen, además de dar la bendición habitual, insiste en dos de las palabras más repetidas en Prado Nuevo, y que aparecen con frecuencia unidas: oración y sacrificio. Dado que «sacrificio» equivale a «penitencia» o «mortificación», podemos decir con un autor clásico: «Siempre han de andar juntas y hermanadas estas dos cosas, y la una ha de ayudar a la otra, porque la mortificación es disposición necesaria para la oración, y la oración es medio para alcanzar la perfecta mortificación»(1).

 

(1) P. Alonso Rodríguez, S. I., Ejercicio de perfección y virtudes cristianas (Madrid, 2003) p. 686.