MENSAJE DEL DÍA 1 DE MAYO DEL 1981
La vidente nos relata: El día 1 de Mayo de 1.981 vi a la Virgen. Estaba rezando y pidiendo a su Hijo que tuviera misericordia de todos los pecadores, que les diera más oportunidades, que son "mis hijos", y los quiero a todos con todo MI CORAZON.
Volví a ver a la Virgen por la noche, estaba muy triste y le caían dos lágrimas por las mejillas. Estaba hincada de rodillas con un manto negro, con una capucha por la cabeza, me miró muy triste, tenía una vela en cada mano y estaba pidiendo al Señor por la paz del mundo.
Tiene una cara bellísima y aparenta unos diecinueve o veinte años. Y me ha dicho: "Hija mía no dejéis de rezar el santo Rosario, diles que si no me escuchan habrá muchas muertes y la Iglesia irá decayendo y no habrá trabajo y habrá muchas miserias, sobre todo en España". Y me ha dicho: "Hija mía el santo Rosario rezado con devoción tiene mucho poder, os pido muy poquito, que recéis, que con vuestra oración y penitencia nos ayudaréis a mi Hijo y a Mí a salvar muchas almas que están errantes, esperando que alguien las salve.
Yo me he manifestado en muchos sitios, pero están vacíos y no quieren saber nada y si no me escuchan, en España habrá otra guerra y la Iglesia española padecerá.
Rezad mucho y haced mucha penitencia para que todos os salvéis. Os quiero a todos porque todos sois hijos míos; hay que ser más constantes en recibir la Sagrada Eucaristía; es muy importante comulgar los primeros viernes de mes con mucha devoción y pedir para que todos los sacerdotes sean buenos católicos y con sus buenos ejemplos el Espíritu Santo los ilumine para servir a Dios y amar al prójimo, y que colaboren en salvar almas."
Me ha repetido: "Haced oración y diles que hagan mucho sacrificio, que cuanto más sufráis y más sacrificios hagáis más os amo; porque así me ayudáis a sufrir y a pedir por tantos pecadores que tanto lo necesitan."
COMENTARIO A LOS MENSAJES
1-Mayo-1981
En aquella fecha, por la noche, Luz Amparo ve a la Virgen, "que estaba muy triste y le caían dos lágrimas por las mejillas [...] y estaba pidiendo por la paz del mundo". A continuación, nos dice a todos que no dejemos de rezar el Rosario, para remediar los males que afectan a la Iglesia y al Mundo: "Hija mía, el santo Rosario rezado con devoción tiene mucho poder; os pido muy poquito: que recéis, que con vuestra oración y penitencia nos ayudaréis a mi Hijo y a mí a salvar muchas almas [...] Rezad mucho y haced mucha penitencia para que todos os salvéis. Os quiero a todos porque todos sois hijos míos". ¡Qué importante es la salvación eterna! ¡Es lo más trascendental de nuestras vidas y qué poco la cuidamos a veces! Habría que recordar con frecuencia las palabras del Salvador: "¿Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si él se pierde y se condena?" (Lc 9, 25).
Señala el valor de la Eucaristía, el sacramento principal: "Hay que ser más constantes en recibir la Sagrada Eucaristía", y lo asocia a una devoción tradicional en honor del Corazón de Jesús: "Es muy importante comulgar los primeros viernes con mucha devoción"; pidiendo finalmente que se ore por los sacerdotes, para que "con sus buenos ejemplos el Espíritu Santo los ilumine para servir a Dios y amar al prójimo, y que colaboren en salvar almas".
El Sagrado Corazón se manifestó repetidas veces a santa Margarita María de Alacoque; en una de ellas le reveló: "Te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán en mi desgracia y sin haber recibido los sacramentos; mi divino Corazón será su asilo seguro en el último momento" (Carta a la M. Saumaise, [Mayo] 1688). Promesa confirmada en Prado Nuevo, como hemos visto, en éste y otros mensajes.
"Haced apostolado por todas las partes del mundo,
hijos míos,
extended los mensajes, hijos míos.
¡Cuántos se ríen de mis mensajes!
Llevadlos por todos los rincones de la tierra.
(Stma. Virgen: 1-10-1983)