BIBLIA - SÍNTESIS.160

  • SÍNTESIS.160

    12-6-23

    • El Primer Mandamiento de Nuestro Padre.-

    • Es lógico tras lo dicho anteriormente.

    • Pero Cristo quiso decirlo explícitamente en ocasión solemne. Entre aquella maraña de grandes y pequeños preceptos, que para hebreos oscurecían la vista de lo esencial, brilla nítidamente la declaración de Jesús. Le preguntan queriendo envolverle:

    • «Maestro, cuál es el Mandamiento más grande de la Ley» (Mt 22,36ss).

    • La contestación de Cristo no puede ser más clara y rotunda:

    • «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más grande y el primer Mandamiento. El segundo, semejante a éste, es: Amarás al prójimo como a ti mismo. De estos dos preceptos penden toda la Ley y los Profetas».

    • Nos ha dado Cristo la síntesis más bella de cómo se ha de unir al amor indispensable, inicial, fundamental de todo ser, que es el que ha de tenerse al Padre de los cielos,

    • este otro amor necesario, imprescindible, continuación del primero, que es amor a los hermanos en el mundo, a nuestros prójimos. Ahí está todo compendiado.

    • ¿Quién es el prójimo?.-

    • Para el pueblo que rodea a Jesús la cosa no es tan clara.

    • Se ha pensado muchas veces entre los judíos que el prójimo es exclusivamente el hermano, el allegado de nación o de sangre.

    • Jesucristo es quien extiende a todo ser racional, a todo posible hermano de gracia y de gloria ese título fraterno.

    • Nos dice claramente que hermano es todo aquel por cuyo lado pasamos en la vida, máxime si necesita de nuestros servicios fraternales.

    • Es ahora el Evangelista Lucas el que nos narra la escena anteriormente contada por Mateo. Empalmando con las palabras proferidas por el Maestro, oímos a uno que pregunta:

    • «Y ¿quién es mi prójimo?» (Lc 10,29).

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M.S.G.