BIBLIA - SECTAS

TESTIGOS DE JEHOVÁ

"ERRORES Y REFUTACIONES"

SECTAS.4

31-7-23

II. Rutherford (sigue)

  • Al entrar los Estados Unidos en la primera guerra mundial, los Testigos de Jehová se negaron rotundamente a incorporarse a filas.

  • El Juez Rutherford y sus compañeros fueron condenados a veinte años de cárcel, por dirigir una asociación que mantenía tales consignas. El no estaba en edad militar.

  • En realidad sólo cumplieron unos meses. Liberado de la prisión, tuvo un pedestal de perseguido, que en ciertas masas inconscientes le creó una aureola de santidad.

  • En 1931 Rutherford decidió cambiar el nombre de "Estudiantes de la Biblia" por el de "Testigos de Jehová".

  • "Con el nuevo apelativo fue desapareciendo también la memoria del primer fundador y desde entonces los mismos jehovistas apenas se acordaron de Charles Russell, y su obra.

  • Rutherford recorrió el mundo llevando a todos su mensaje. En los Estados Unidos y en Inglaterra los salones y los teatros no bastaban para escuchar de labios de aquel hombre alto y fuerte que con voz pastosa anunciaba a sus oyentes:

  • 'millones de los que ahora viven, nunca morirán'. Al correr de los años, el gobierno del "Juez" adquirió formas de auténtico dictador.

  • La misma elección de oficiales menores, que hasta entonces se hacía por medio del voto, quedó encomendada a su voluntad, ya que, de otro modo, les decía, era imposible conocer exactamente los deseos de Jehová.

  • Y el caso es que sus seguidores se lo creían" (Damboriena. "Los Fundadores del Jehovismo").

  • Rutherford ocultó tanto los libros como su propia personalidad. Se hizo difícilmente asequible al público, ejerció una autoridad despótica en la secta, publicó innumerables libros y folletos y se rodeó de una atmósfera de misterio y de una aureola de oráculo, que hizo que sus seguidores creyeran, más que en la Biblia, en las interpretaciones de ella dadas por el "Juez".

  • Pero entre tanto éste con sus consejeros tenía mil conflictos ante los tribunales por alterar el orden público, por negarse a saludar la bandera nacional, por obstinarse a no pagar ciertos impuestos ya que todos ellos se consideraban sacerdotes.

  • Finalmente, en 1942, le sucedió el que en el aspecto financiero puede decirse que durante muchos años había sido el alma de la organización.

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M.S.G.