MENSAJE DEL DÍA 19 DE MARZO DE 1982[1]
EN PRADO NUEVO DE EL ESCORIAL (MADRID)
EL
SEÑOR:
Hija
mía, mi mensaje va a ser muy corto, como anteriormente
te he dicho. Te repito que comuniques a los humanos
que hagan penitencia en reparación de todos sus pecados. Penitencia, penitencia
es lo que pido. Comunícales
que el Día del Creador está próximo; que procuren estar a
la derecha de mis escogidos para llevarlos a la Tierra Prometida.
Mira, hija mía, ¿ves esos puntos luminosos qué pequeños
son?, parecen una luz de una bombilla; pues son astros sobre los que hay
una vida eterna. Esa es la Tierra
Prometida. Nunca el hombre podrá descubrir la grandeza de este tesoro rodeado de tanto misterio. Adiós,
hija mía, te doy mi santa bendición.
(Al
hacer su aparición la santísima
Virgen de los Dolores, viene acompañada del arcángel san Miguel,
en
medio de un resplandor de varios colores, que fue percibido por
algunos de los allí presentes.
El Arcángel
comunicó
el siguiente mensaje).
ARCÁNGEL
SAN MIGUEL:
Soy
el arcángel san Miguel. Si los hombres no cambian y
dejan de ofender a Dios, habrá manifestaciones que causarán
terror a los habitantes de la Tierra; se oirán grandes sonidos
en el aire; habrá toda clase de temblores; las casas volarán
por los aires; muchos cuerpos volarán y la piel se desprenderá
de su cuerpo. Todos los ojos lo verán y aún muchos no lo creerán. Así de
endurecidos están los corazones
de los humanos. Haced penitencia y haced oración. Acercaos
a la Eucaristía; confesad vuestras culpas. Pedid al Padre
Eterno.
Apresuraos
a escuchar mis palabras, que el tiempo se aproxima.
Pedid
por los que no rezan y haced penitencia por
los que no la hacen.