DIVISIONES:

26-4-21

“Cuando uno dice: Yo soy de Pablo, y otro: Yo de Apolo, ¿no procedéis a lo humano? Pues ¿qué es Pablo y qué es Apolo? Ministros según lo que a cada uno ha dado el Señor, por cuyo ministerio habéis creído. Yo planté, Apolo regó; pero quien dió el crecimiento fue Dios. Ni el que planta es algo ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento.” (1Cor. 3,4-7)

Pablo sale al paso de las divisiones en la Iglesia de Corinto, y les echa en cara que hay entre ellos envidias y discordias, probando con ello que siguen siendo carnales y viven según lo humano. Todavía no les puede hablar como a espirituales.

Pablo sabe que la unidad de fe no está rota, pero hay divisiones que corta tajantemente, aclarándoles que no hay nada más de un Jesucristo, que nos redimió con su pasión y muerte, y en cuyo nombre hemos sido bautizados. Y solo en su Nombre podemos ser salvados.

Con razón la Virgen nos propuso como norma de vida el lema que reza en Prado Nuevo “AMOR, UNIÓN Y PAZ”.

Cada vez, el mundo está más dividido. Hay enfrentamientos por todos los sitios, a todos los niveles y hasta entre las familias. Las luchas que se están teniendo con motivo de las elecciones a la Comunidad de Madrid, también atestiguan esa desunión, ese desamor y esa falta de paz.

Pues hermanos, si sabemos que eso es posible dentro del mundo alejado de Dios, no permitamos que haya divisiones entre los creyentes, porque eso demostraría que seguimos siendo carnales. Si eso ocurre, podemos decir como Pablo que no hemos llegado o hemos perdido la espiritualidad, que el Apóstol considera como la “mayoría de edad”.

La solución la tenemos si aplicando los consejos de Nuestra Madre: oración, sacrificio y penitencia, dentro de la obediencia a la Iglesia.

Que la Santísima Virgen que tanto amor nos tiene, allane el camino escabroso, derribe la muralla de la soberbia y haga resplandecer el camino de la verdad, la comprensión y la paz.

Que Dios os bendiga.

M.S.G.