El verdadero autor de la Biblia es Dios. Cierto, que han sido redactados materialmente por escritores humanos. Pero Dios es el autor principal, puesto que El «los ha inspirado».
En el momento de este estudio en que nos encontramos, podemos ya decir que la Iglesia, Esposa de Cristo, es la que autoritativamente -con el poder recibido de Jesús- nos dice qué libros de la Biblia están inspirados por Dios.
El Concilio Vaticano I definió solemnemente:
«La Iglesia tiene estos libros como sagrados y canónicos... porque habiendo sido escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor» (Magisterio de la Iglesia N° 1787).
Idea que ha hecho suya el Concilio Vaticano II (DV 11).
Decimos que esa característica de la inspiración divina la poseen ciertos libros.
La inspiración divina de la Biblia la conocemos con toda certeza por el Magisterio infalible de la Iglesia.
Y una vez reconocida la autoridad de estos libros por el testimonio de la Iglesia, nos complace ver afirmada la misma idea en las líneas de la Biblia:
«... toda Escritura está divinamente inspirada... » (2 Tim 3,16). Pero digamos dos palabras sobre:
7.- EL CANON DE LOS LIBROS INSPIRADOS
El Canon o lista de los libros inspirados ha sido determinado por la Iglesia, asistida por el Espíritu Santo, Espíritu de la verdad.
Ya hemos indicado, aunque de pasada, la idea fundamental del conjunto de libros o Canon del Antiguo Testamento.