EVANGELIO DEL 24-01-2021.
Comentario
24 - 01 - 2021.
DOMINGO III DEL TIEMPO ORDINARIO.
(MC. 1, 14-20.)
…Convertíos y creed en el Evangelio
Jesús,
para su misión
de proclamar la Buena Nueva, -eso significa la palabra evangelio- se va a la
zona de Galilea. Ese gran profeta que le precede, Juan Bautista, ha sido hecho
prisionero.
Jesús,
viene de parte del Padre a anunciar que el Reino de Dios está cerca,
y oímos “evangelio”, “reino”,
y son palabras que, no por muy escuchadas, resultan de una inteligencia clara
en su entendimiento. ¿Qué significa eso de que el Reino de Dios
está cerca de mí?. ¿Qué supone creer en el Evangelio?
Tal
vez profundizando en los términos Reino o Evangelio
entendamos por qué hay que convertirse.
El
Reino de Dios, es Dios mismo, es como decir el “buenazo” de
mi hermano, no significa que mi hermano tenga un buenazo, sino que el mismo
es muy bueno, es buenazo, o la “lagarta” de fulanita, no que esa
señorita tenga una lagarta, sino que ella es una lagarta. ¿Nos
sirve el ejemplo?
Así pues, decir que el Reino de Dios está cerca,
es decir que Dios está cerca. Por tanto, Reino de Dios = Dios.
Y, ¿Evangelio? ¿Cuál
es la Buena Noticia, la Buena Nueva para mi? Pues, que Dios se me está dando
a conocer, del único
modo que yo puedo entender, a través de la persona y el Mensaje de Jesucristo.
Es Dios mismo quien habla, quien se muestra, quien actúa. Jesucristo
es la máxima automanifestación de Dios a los hombres.
Y
este Dios me pide que crea en El, pues se acerca a mi, en este tiempo, y en
mi historia personal. ¿Entendemos ahora la necesidad
de convertirnos?
Es
preciso “darnos la vuelta”, orientar
nuestra vida y actuación a su persona, a su mensaje. Sólo así estaremos
en disposición de seguirle, con docilidad, dejándolo “todo”,
como hicieron estos llamados de 1ª hora, sus discípulos.
Una
consideración más, en esta semana dedicada
a la oración por la unidad de los cristianos, tengamos claro, que solamente
la verdadera conversión de cada uno, propicia la UNIDAD, todo lo demás
se queda en aproximaciones, en mera teoría. Tal vez el ruego de nuestra
oración debería ser este: “Convierte Señor mi corazón”,
me duele el antitestimonio de nuestras vidas cristianas. Como Tú en la Última
cena.
¡Qué todos seamos UNO, Señor!
PAZ, AMOR Y UNIÓN PARA 2.021